Redios. Revirgen y Recristo.
No debería escribir sobre la peli todavía, porque primero necesito desintoxicarme. Sí, desintoxicarme: casi cada plano de Ready Player One es una sobredosis de clorhidrato de frikaína en vena; frikaína pura y sin cortar.
Vamos, de la que nos gusta. |
¡A CORRERSE VIVOS! |
(Al finalizar la proyección tuvieron que despegarme de mi butaca con disolvente y una palanca. Y os ahorraré los viscosos pormenores de la operación de ingeniería necesaria para quitarme los calzoncillos, una vez en casa).Es casi imposible digerir de un solo bocado un mísero plano de Ready Player One. Hay tantos easter eggs en cada fotograma que el friki medio se empacha. Lo juro. Sufres una especie de síndrome de Stendhal freak. Y es que, cuando en menos de diez segundos, has visto juntos a Tracer, Chun Li, Batman, al puto Chucky y un Gigante de Hierro en una película en la que salen el Delorean de Regreso al futuro, un Alien, Goro el de Mortal Kombat, Harley Queen y el Jóker, El resplandor de Stanley Kubrick, una alusión a Buckaroo Banzai y un villano clavado al Supermán psicópata de Injustice, y la batalla final tiene lugar al ritmo de la canción que merece, por derecho propio, ser el himno internacional del orgullo friki; u orgasmas hasta la muerte o sales del cine pegando gritos de indignación y exigiendo que te devuelvan el dinero de la entrada. Simplemente, es demasiado para digerirlo todo de una vez.
La historia de Ready Player One, basada en la novela homónima de Ernest Cline, publicada en 2011, nos presenta una distopía, el mundo del año 2045, donde todo, básicamente, se ha ido al carajo. El petróleo se ha agotado, el paro es endémico, la recesión económica ha sumido a la inmensa mayoría de la humanidad en niveles de subsistencia y la vida, en resumen, es una puta mierda. Huyendo de la miseria, el hacinamiento, el cambio climático y el tedio, la inmensa mayoría de la gente se refugia en OASIS, una mezcla de videojuego y red social (o, si eres lo bastante freak para entender el acrónimo, un mmorpg), donde pueden crearse un avatar, o sea un personaje que represente todas sus fantasías, hacer amigos (virtuales), jugar a toda clase de videojuegos de ayer, de hoy y mañana; explorar mundos alienígenas (virtuales), participar en torneos (virtuales) por ganar los cuales conseguirán cajas de botín (virtuales) y monedas (virtuales) que les permitirán comprar ítems (virtuales) para hacer más poderosos o atractivos a sus avatares o incluso cosas materiales en el mundo real.
En el mundo de Ready Player One, las personas ya casi no interactúan entre sí físicamente. Se meten en OASIS, crean una identidad virtual y «viven» sus vidas a través de ella. OASIS no solo es la primera potencia económica del planeta, a costa de la publicidad y de los contenidos premium (o sea de pago); también ejerce un innegable papel de control social (por mierdosa que sea tu vida puedes conectarte a OASIS y jugar a ser el Puto Amo, lo cual le quita todo el atractivo a salir a la calle a exigir trabajo, pan o respeto) y ha pasado a ofrecer toda clase de servicios públicos que los gobiernos, canibalizados por la contracción de gasto fruto de la crisis económica, han renunciado a prestar; la gente, por ejemplo, no va a la escuela real, van a la escuela en OASIS; una miserable escuela pública, si no pueden permitirse el lujo de pagar por una escuela premium. Tampoco salen ya por ahí al cine, o a la discoteca. No hace puñetera falta. En OASIS hay discotecas, cines, parques de atracciones, ¡planetas enteros!; además de todas las películas del mundo, todos los videojuegos, libros, discos, videclips... Toda la cultura jamás creada por el hombre.
¡Dadles CAÑAAAAAAAAAAAAAA! |
Si me dieran a elegir entre esto o el infierno... |
¿Que por qué?
Oh, por una tontería de nada: porque el que lo encuentre no solo heradará la participación multimillonaria de Halliday en OASIS, sino el control absoluto del juego, que es, ya lo hemos dicho, el motor de la economía mundial. Por eso hay millones de personas buscándolo. Por eso hay una malvada organización llamada IOI (Innovative Online Industries) que destina ingentes recursos materiales y económicos y mantiene un verdadero ejército de gunters («egg hunters») profesionales (los sixers) dedicados por entero a la búsqueda del Huevo. Una organización que no se detendrá ante nada para ganar. Ni siquiera dudará en cometer un asesinato, si eso la pone más cerca del control de OASIS.
El primer y genuino easter egg. |
James Halliday, programador de videojuegos y vejete cabronías. |
Uno de los huevos de Óscar. |
Me gustó tanto que estoy casi decidido a hacer el esfuerzo de perdonar a Steven Spielberg por haberse follado todo el libro en los diez primeros minutos de metraje.
Pero lo cierto es que me importa una mierda.
A veces me pregunto por qué me tomo la molestia de repetir una y otra vez las mismas lecciones sencillas, si nadie me escucha, o nadie aprende de ellas.
Pero lo cierto es que eso me importa todavía menos.
Recuerdo lo que pensé cuando me dijeron que Spielberg se había hecho con los derechos cinematográficos de Ready Player One y pensaba convertir la biblia freak por antonomasia en una película.
Me dije: «es imposible».
Así de simple. Imposible.
Por lo tanto, no puedo estar completamente enfadado con Steven por haber fracasado en una tarea que nadie, ni siquiera él mismo, podría haber culminado con éxito.
No, mierda. Mi temor, que se ha revelado fundado, era que resultaría absolutamente imposible pagar el correspondiente copyright a los creadores de ni siquiera la cuarta parte de las series de televisión, videojuegos clásicos, películas, dibujos animados, novelas de ciencia-ficción, etcétera, que se mencionan en un simple puto capítulo de la novela. Aunque solo fuese porque, después de la muerte de sus creadores y de la desaparición, compra, venta, fusión y recompra de las empresas que los publicaron, ni siquiera está claro a quién pertenecen hoy en día los derechos de algunos de esos productos.
Mi temor también era que resultaría igualmente imposible componer una película con todos esos iconos para niños raritos y que continuase siendo legible para el espectador medio; y por «espectador medio» me refiero al que no necesita jugar al Skyrim cuando quiere echar un polvo y al que se la monda a cuatro manos que el Hulk Rojo pudiese levantar el Mjölnir.
Sodomizó todo el puto libro en los primeros diez minutos.
Y al estilo Too fast too furious. |
Que a qué coños me refiero, dirás.
Te lo explico con un ejemplo:
En Ready Player One, el libro, Wade obtiene la Llave de Cobre (la primera de las tres necesarias para llegar al Huevo de Pascua) siguiendo la pista de Halliday (codificada en una quintilla del propio Halliday) hasta una mazmorra de La tumba de los horrores, un módulo clásico para Dragones y Mazmorras publicado en 1975. En esta mazmorra (que, por cierto, es donde conoce a Art3mis), Wade tiene que derrotar a Acererak, el villano de La tumba de los horrores, en un duelo a los mandos de una recreativa de Joust, uno de aquellos videojuegos deliciosamente timoratos de los primeros años 80. ¿Y cómo lo derrota? Jugando con el mando de la izquierda, el del segundo jugador (Joust fue una de las primeras recreativas en incorporar la opción para dos jugadores), el que Acererak había estado utilizando. Todas las veces que Wade lo había intentado con el mando de la derecha, había perdido. Era necesario conocer la historia de las recreativas y de los videojuegos para encontrar el glitch que permitía resolver el puzle.
The Copper Key awaits explorersEn Ready Player One, la película, Wade obtiene la Llave de Cobre conduciendo su Delorean de Regreso al futuro en un videojuego de carreras repleto de obstáculos, a cual más cabrón, que concede automáticamente al ganador la primera de las llaves que conducen al Huevo. ¿Cómo lo logra? Interpretando intuitivamente la primera pista de Halliday (que no se parece en nada a la del libro ni viene codificada en ninguna quintilla) y conduciendo en dirección contraria al resto de los jugadores. Marcha atrás. Sus amigos Aech, Art3mis, Daito y Shoto, a quienes explica el truco, consiguen también así sus Llaves de Cobre.
In a tomb filled with horrors
But you have much to learn
If you hope to earn
A place among the high scorers
«¿Santiago Calatrava ha pasado por aquí?» |
En la película, casi basta con ser despierto y algo pillín.
Diez minutos de metraje y Spielberg ya se hacía fornicado toda la novela.
What you seek lies hidden in the trash on the deepest level of Daggorath.En Ready Player One, el libro, superar los puzles dejados por Halliday exige ser el freakmaster supremo. Saberlo todo o prácticamente todo de ordenadores personales, videojuegos, máquinas recreativas, juegos de rol, dibujos animados japoneses, novelas y películas de terror, fantasía y ciencia-ficción y cómics de los 70 y 80. Por ejemplo, para resolver el puzle que conduce a la Primera Puerta (la que se abre con la Primera Llave), Wade identifica correctamente la pista «hidden in the trash» como una referencia al TRS-80 Color Computer 2, el primer ordenador de Halliday (conocido entre los aficionados como «Trash-80», de lo malo que era), lo cual le conduce a Middletown, un mundo de OASIS que recrea el pueblo natal de Halliday, en cuyo dormitorio de niño juega a otro juego antiguo, Mazmorras de Daggorath, que abre una puerta a un salón de recreativas de los 80 donde tiene que recitar, sin equivocarse ni en una puñetera coma, TODOS los diálogos de Matthew Broderick en Juegos de Guerra y ejecutar todas sus acciones. Vamos, usurpar el papel de David Lightman, el hacker al que interpreta Broderick en la película (una de las favoritas de Halliday), y recrear su papel a la per-fec-ción.
También una de mis favoritas, por cierto. |
Ya sé que no es ni de lejos lo mismo.
Pero, quizá por primera vez desde que excreto banalidades en esta bitácora, te pido que no seas demasiado cruel con el pobre director.
Mira el ejemplo que acabo de darte e imagina el cipostio que supondría recrear la secuencia descrita más arriba: dar con los dueños de los derechos de Joust y Mazmorras de Daggorath, en el caso de que alguien sepa quién cojones los tiene ahora; encontrar una unidad funcional de un TRS-80 o construir una réplica, lograr el permiso de Metro Glodwyn Mayer (que compró United Artists, ¡muchas gracias, Michael Cimino!, propietaria original de la cinta) para recrear las escenas de Juegos de Guerra; seducir a Wizards of the Coast, que adquirieron la franquicia de Dragones y Mazmorras cuando TSR quebró; convencer a los herederos, en caso de que los tenga, de Gary Gygax, redactor original de La tumba de los horrores...
(Easter egg: las referencias a Star Wars son constantes en la novela, ¡hasta la «tarjeta de visita» del avatar de Art3mis es una figura suya que imita las que fabricó Kenner a partir de los personajes de Star Wars!, pero no hay ni una puta mención a Star Wars en la película, porque Disney, pura y simplemente, se negó en redondo, en cuadrado y en cubo. No sé si como premio de consolación, o como venganza, en el hangar de Aech se puede ver, colgada del techo, la caravana voladora de La loca historia de las galaxias, de Mel Brooks. Precisamente una hiriente y desternillante parodia de Star Wars. Con el personaje de Ultraman, que en el libro es clave en el argumento, tuvieron un problema por el estilo, pues ni siquiera se sabe a quién recristos pertenece la franquicia y hay un proceso judicial en curso para determinarlo).
Juro por Dios que esto existe. |
Y el ejemplo que te doy más arriba, querido lector, abarca solo la gesta por la primera llave. De tres. Antes del puzle final. En el caso de que Spielberg o sus productores hubieran tenido éxito deshaciendo ese nudo gordiano de propiedad intelectual (que ya vemos que no lo tuvieron), la película habría durado... ¿cuánto? ¿Cuatro horas, mínimo?
(Hum, hum y rehum... ¿Estamos otra vez ante una historia que debería haberse contado en una serie para televisión y no en un largometraje?).Además, ¿por qué tomarse tantas molestias solo para sembrar docenas de easter eggs que apenas una de cada veinte personas que viesen Ready Player One iban a comprender?
“You’re evil, you know that?” I said.
She grinned and shook her head. “Chaotic Neutral, sugar.”
Mira que intento cabrearme con Spielberg por cargarse Ready Player One.
Pero, joder, por una vez y sin que sirva de precedente, no puedo. Porque, pura y simplemente, como ya he explicado más arriba, ni Spielberg ni nadie podría haberlo hecho mejor. Y, al menos, Spielberg nos ha dado una película más que respetuosa y respetable; una aventura como las de antes; una explosión de pop culture que no te permite parpadear ni un momento.
Habría sido imposible. Y lo fue. Hollywood tiene sus propias normas. Los estudios de cine protegen su propiedad como los Bloods y los Crips sus respectivos territorios. Olvida el product placement. Si permitir, aunque solo sea excepcionalmente, el uso por tus rivales de uno de tus personajes les ayuda a vender una mísera entrada más, es mejor que hagas un montón con todos tus accionistas y les prendas fuego antes de que ellos te lo hagan a ti.
Pero, joder, Spielberg al menos lo intentó. Aunque el resultado, de nuevo, y por mejores motivos de los habituales, fuese más bien un «libremente inspirada por» que un «basada en».
Las diferencias entre la novela y la película son casi incontables y seguro que alguien se toma la molestia de enumerarlas todas, párrafo por párrafo y fotograma por fotograma, para que luego algún cabrón holgazán (yo mismo) las cortipegue en su blog.
Detallitos como que el avatar de Art3mis no se parece en la novela a una elfa rosa emo del espacio exterior. La primera vez que ella y Wade se encuentran en OASIS, Wade la describe así:
"She had raven hair, styled Joan-of Arc short, and appeared to be in her late teens or early twenties."Spielberg, por su parte, nos dio esto:
Tal cual. |
El Nolan Sorrento del libro es un personaje mucho más siniestro, maquiavélico y cabrón que el villano de plastilina, algo torpe y cuasi cómico (y encima con corazoncito), de la peli.
Joder, ni una puta coma.
Aech y Parzival. |
Como Tracer, por cierto. |
¿Traiciona eso al original?
Pues... sí. Lo siento, pero sí. Aunque no tanto como para invitar a los grupos organizados de elegetebís a boicotear la proyección de Ready Player One.
La historia de amor entre Art3mis y Parzival es mucho menos lineal en la novela, con ruptura de por medio incluida.
¿Desmerece eso Ready Player One, la película?
El personaje de Ogden Og Morrow (Simon Pegg) tiene mucho más protagonismo en la novela y, de hecho, es de una importancia clave en el tramo final de la misma, cuando ofrece refugio y recursos a Parzival, Art3mis y Aech en su batalla contra IOI.
Con todas las dificultades insalvables ya conocidas por ti, querido lector, ¿podría Spielberg haber hecho el esfuerzo de que su película se pareciese más al libro en el que libremente se inspira?
Sí, claro. Metiéndole entre cuarenta y cinco minutos y una hora más de metraje a Ready Player One, y, aparte de que los productores de cine no están últimamente para eso, lo que habría sido una merienda de negros para freaks como yo tal hubiese hecho repelente el largometraje al espectador promedio. Que es ése que en realidad no existe, por otra parte.
Pero, por los mismos motivos citados más arriba, afirmo que le perdono. Fue en defensa propia.
Porque Ready Player One es una gozada.
Porque lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible.
Porque siempre se nota cuándo Spielberg se lo pasó bien rodando.
Porque por el mismo precio tenemos dos merendolas para freaks, cada una con su propio menú de sabores.
Porque traducir siempre es traicionar, pero hasta para traicionar con estilo hay que tener talento.
Porque en realidad no estás leyendo esto. Llevas quince horas ofuscado por la realidad virtual de tu OASIS particular.
Porque Ready Player One seguirá siendo uno de mis libros favoritos y no creo equivocarme si digo que Ready Player One está también muy cerca de convertirse en una de mis películas favoritas.
Nuff said!
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