sábado, 21 de septiembre de 2024

El venenoso concepto del escritor putilla (2): Tampoco es el fin del mundo

Hace ya la friolera de cuatro años, publicamos en el Paratroopers una amarga filípica contra el concepto de propiedad que algunos lectores se atribuyen sobre la obra o la persona de sus escritores favoritos. Hablamos entonces del «lector con derechos», del lector tan embrutecido por su pasión hacia una saga, unos personajes, un universo literario, que se cree investido de autoridad para decirle al escritor tardón, renuente o agotado, «baila, mono». Que es lo mismo que «métetela en la boca, chupa con toda tu alma y finge te gusta». E ilustramos el concepto con los casos particulares de Patrick Rothfuss y su todavía inédita Las puertas de piedra (que algunos de nosotros empezamos a temer que no leeremos jamás) y, muy especialmente, de GRRRRRR Martin, que entonces, marzo de 2020, llevaba nueve años de retraso con los dos últimos títulos de Canción de fuego y hielo: Vientos de invierno y Sueño de primavera.

Y, manteniendo como mantenemos todas y cada una de las palabras de aquella entrada, lo cierto es que han pasado cuatro años y, a día de hoy, finales de septiembre de 2024, GRRRRRRRR Martin sigue sin finalizar su Canción de fuego y hielo, que iba a acabar con Vientos de invierno cuando Canción de fuego y hielo era una trilogía, años ha, pero que luego se extendió hasta ese volumen extra, Sueño de primavera. Y no, no vamos a entrar a analizar cómo coño tres libros se convierten en cinco (y potencialmente siete). Cualquiera que alguna vez se haya sentado a escribir podría contestar esa pregunta, y los que no lo hayan hecho, tal vez no comprendan la respuesta.

Pero, verás, la cuestión es que las personas que alguna vez nos hemos sentado a escribir un libro empezamos a temernos que nunca veremos al Gordo Cabrón terminar esos dos volúmenes finales.

Lo cual, sin menoscabo de todo cuanto afirmamos en la entrada de la bitácora enlazada más arriba, es un fastidio, claro. Porque los lectores de la serie nos hemos enamorado del escenario, de los personajes, de las tramas, y, además, estamos deseando quitarnos de la boca el sabor a diarrea de gitano con lombrices que nos dejó las temporadas finales de Juego de tronos. Pero GRRRRR Martin no se ha hecho más joven, las fechas de publicación se han pospuesto, y los informes de progresos del borrador corregidos a la baja, una y otra vez durante los últimos trece años y, afrontémoslo, chicos, toca empezar a resignarse a que tal vez nunca veamos publicados esos libros. Que es una putada, pero no una tragedia.

Si te falta perspectiva, amado lector con preocupaciones mucho más acuciantes que el final de una saga de fantasía heroica para gordos pajeros y vírgenes miopes, déjanos aportar algunos datos que fundamentan nuestro escepticismo:

Danza de dragones fue publicada en julio de 2011 en inglés y junio de 2012 en castellano. Y el libro fue una patada entre los cojones. Prácticamente no pasa nada digno de mención en todo el volumen, que encima reescribe sobre la marcha parte de la historia interna de la serie y, para acabar de joderla, no tiene un final propiamente dicho, ya que las dos batallas EPPPPPPPPPPPPPICASSSS y cliffhanger inmenso para varios personajes clave, con los que GRRRRRR Martin tenía previsto cerrar esa novela, fueron pospuestos con intención de incluirlos en los dos libros de cierre de la saga. Sí, esos mismos que probablemente no se acabarán jamás.

Desde entonces, GRRRRRR Martin ha tenido a sus fans básicamente a palo seco. El Gordo Cabrón dijo que se pondría a escribir los volúmenes que faltaban a partir de enero de 2012, en cuanto terminase con la gira de promoción y su paseo por convenciones de Estados Unidos y Ultramar. Teniendo en cuenta que esa pequeña decepción llamada Danza de dragones le llevó la abracadabrante cifra de seis años y al menos once borradores diferentes (que oscilaban entre las 472 y las 1700 páginas, antes de decidirse por una versión final de alrededor de 940 páginas), y que GRRRRR Martin seguía involucrado en proyectos paralelos, como la guía ilustrada de Poniente y la cuarta novela de Los cuentos de Dunk y Egg, en 2012 algunos de nosotros mullimos nuestros cojines y nos dijimos «esto, antes de menos de diez años, nada, nihil, rien, zero».

En diciembre de 2011, se publicó un capítulo de Vientos de invierno. Una historia contada desde el punto de vista de Theon Greyjoy. También se anunció que la versión en rústica de Danza de dragones publicada en inglés en octubre de 2013 incluiría otro capítulo de Vientos de invierno. Martin declaró en una entrevista que temía superar las 1 800 páginas de manuscrito entre ambos volúmenes antes de aproximarse siquiera al final. Pero que la cosa iba a ir mucho más rapidita y que, en tres años, tops, tendría calentito del horno Vientos de invierno. Eso sí, que la gente dejara de fatigar con los plazos de entrega. Que el libro estaría listo cuando lo estuviese.

En 2012, el Gordo Cabrón leyó en público capítulos inéditos de Vientos de invierno, protagonizados esta vez por Victarion Greyjoy y Tirion Lannister y, en un Webchat de la revista Empire, pronosticó que los dos volúmenes finales de su obra más famosa probablemente alcanzarían las 1 500 páginas. Cada uno. En octubre de ese mismo año, se publicó el Atlas de las tierras de hielo y fuego, GRRRRRR Martin dijo que ya tenía unas cuatrocientas páginas de Vientos de invierno, aunque sólo la mitad de esas páginas eran aprovechables, que lo que ahora le preocupaba era Un sueño de primavera, que no avanzaba. Pero en 2012 Martin también empezó a acusar la presión: «tratar de contentar a todo el mundo es un error terrible». Lo cual no deja de ser cierto, pero viniendo de quien venía, empezó a oler a cuerno quemado.

En 2013, GRRRRR Martin publicó en su página web otros dos capítulos inéditos de Vientos de invierno, uno protagonizado por Arianne Martell, y otro, titulado Misericordia y protagonizado por Arya Stark, que ya ha desaparecido de su página web, (aparentemente, el Gordo Cabrón elimina los avances posteados de Vientos de invierno en cuento publica uno nuevo), o por lo menos no hemos sido capaces o nos ha dado pereza localizarlo. También declaró, en una entrevista, que tal vez tendría clavado un 25% del libro, y reiteró a sus lectores bien podían dejar ya de joder la marrana, que Vientos de invierno estaría listo cuando estuviese y a tomar por culo todos. Estoy parafraseando un poco, naturalmente. Bueno... mucho, en realidad.

En 2014 no hubo mucho que contar. Salvo que Jane Johnson, la editora británica del Gordo Cabrón, publicó en su cuenta de Twitter que, definitivamente, Vientos de invierno no saldría ese año.

En 2015, Martin publicó en su página web otro capítulo inédito de Vientos de invierno, escrito desde el punto de vista de Sansa Stark y titulado Alayne. Y, de nuevo, Jane Johnson dijo en su cuenta de Twitter que a ella que no la metiesen en líos. Que no sabía nada de Vientos de invierno y que no tenía más información al respecto. Y, aunque el Gordo Cabrón dijo en una entrevista para Entertainment Weekly que confiaba en tener listo Vientos de invierno antes de que HBO emitiese la sexta temporada de Juego de tronos (que presuntamente adaptaría el material literario, todavía inédito, recogido en esa misma novela).

En enero de 2017, el Gordo Cabrón se medio comprometió a publicar el libro a finales de aquel año. Eso no pasó y, en abril de 2018, tuvo que desdecirse a sí mismo. Otra vez. «No, winter is not coming... not in 2018, at least». Y GRRRRR Martin no proporcionó una nueva fecha de entrega.

En 2019, probablemente muy cabreado consigo mismo (comparto esa experiencia de pelearte con un libro muy largo que se resiste a que lo acabes, y me cabreé conmigo mismo), GRRRRR compartió su plan de permitir que lo encerrasen en una cabaña con vistas a un lago de ácido sulfúrico si no tenía Vientos de inverno para la Convención Mundial de Ciencia Ficción, que se celebró en Nueva Zelanda en julio de 2020. «[...] if I don’t have THE WINDS OF WINTER in hand when I arrive in New Zealand for worldcon, you have here my formal written permission to imprison me in a small cabin on White Island, overlooking that lake of sulfuric acid, until I’m done. Just so long as the acrid fumes do not screw up my old DOS word processor, I’ll be fine». La octava, y última, y abominable temporada de Juego de tronos concluyó como tenía que concluir desde que los showrunners se quedaron sin libros que adaptar: con una CAGADA ESPECTACULAR. 2020 llegó y se fue. Y no hubo Vientos de invierno. Bocazas. Que eres un bocazas y punto, Gordo Cabrón.

En 2022 volvimos a tener noticias sobre Vientos de invierno, y no puedo decir que fuesen buenas. GRRRRR Martin afirmó que tenía como 1 200 páginas de Vientos de invierno... y que le faltaban al menos otras 400 para cerrar la novela. Admitió que este puto penúltimo volumen le estaba costando más de lo esperado (¡nos ha jodido! ¿En serio? ¡Ni cuenta nos habíamos dado!), tal vez, en parte, debido a que Vientos de invierno era sólo uno de los mil proyectos y trabajos que manejaba al mismo tiempo.

En 2023, GRRRRR Martin volvió a admitir que no estaba progresando al ritmo que le gustaría a sus lectores , y que seguía haciendo malabares con ocho motosierras encendidas a la vez: la serie de La casa del dragón, un segundo libro sobre los Targaryen (que retomaría la crónica histórica de la dinastía después de Fuego y sangre), otra novela de Dunk y Egg, más libros de la serie Wild Cards, una película protagonizada por la seráfica Milla Jovovich y Dave Bautista, y dirigida por Paul W.S. Anderson, película que te acabas de enterar que existe; una serie para AMC, Dark Winds, basada en la serie de novelas Leaphorn & Chee escrita por Tony Hillerman, cortometrajes, pollas en vinagre y una cantidad obscena de spin-offs de Juego de tronos que se fueron cayendo uno tras otro (una serie centrada en el personaje de Jon Soso, una serie protagonizada por Corlys Velaryon, una serie que contaría el viaje de la princesa Nymeria a Dorne...).

Y... eso es básicamente todo.

Con este contexto, no te extrañará, oh conspicuo lector, que algunos hayamos desesperado ya de ver jamás finalizada Canción de fuego y hielo. Al menos, por parte de GRRRRR Martin. No descartamos que, el día que al Gordo Cabrón le de el apechusque (algo que en absoluto le deseamos, al pobre bastardo, pero lo cierto es que ya tiene 76 tacos, sobrepeso y, en alguna parte, leí que sufría diabetes, pero no encuentro ahora información al respecto) sin haber rematado su obra magna, sus herederos se busquen un Brandon Sanderson para acabar la faena.

En los últimos tiempos, casi lo único que hemos sabido de GRRRRR Martin es que está cabreadísimo con el fandom de Star Wars. Y con el de Indiana Jones. Y con el de Marvel. Y con el de The Witcher. Y con el de Dr. Who. Y, básicamente, con todos los fans que se llevan las manos a la cabeza cuando ven cómo los grandes grupos audiovisuales, en nombre de la inclusión, el vaginismo y la negritud, se están cargando las historias, los universos y los personajes que amaron de niños. Según Martin, exigir que los escritores y productores respeten el material que adaptan, te convierte automáticamente en un fan tóxico.

En fin, todo el mundo tiene derecho a ser gilipollas al menos una vez a la semana. Nada que comentar al respecto.

Es decir, los paratroopers no tendríamos nada que comentar, y no estaríamos escribiendo esta entrada de la bitácora, de no haber publicado el escritor Devon Eriksen, en su cuenta de Twitter, una reflexión llena de vitriolo hacia el Gordo Cabrón, reflexión que es una replica a la nueva excusa de GRRRR Martin para no haber acabado aún Vientos de invierno y que nos ha dado que pensar. No diremos que la de Eriksen, autor de ciencia-ficción dura a través de la novela Theft of Fire, sea la única ni la más fundamentada explicación del retraso ya decano de Vientos de invierno, pero introduce algunas ideas interesantes. Y, como nos parece que ese tuit puede ser útil en el debate entre los cada vez más desalentados fans de Canción de fuego y hielo, y el debate civilizado, libre e informado siempre es positivo para la humanidad, lo reproducimos aquí. Y así también nos ahorramos currarnos la segunda parte de esta entrada.

(Por favor, no perdamos de vista la posibilidad de que tal vez Devon Eriksen está siendo calculadamente hostil como estrategia de promoción de su propia obra escrita. En las Redes Sociales, la integridad y la honestidad suelen ser más falsas que las tetas de una colombiana).
No sabemos si es colombiana. Sabemos que son tetas.

Allá va.
Traducido, para los que se embarran con el inglés. Las negritas son nuestras:


«He aquí lo que Canción de hielo y fuego realmente quiere ser, y el motivo por el cual George no puede terminarla.

»En realidad, no se supone en absoluto que
Canción de hielo y fuego sea oscura, maquiavélica, desesperanzada o una subversión de Tolkien.

»Se supone que debe comenzar así.

»Los detalles pueden ser complejos, pero la fórmula es simple. Versión de baja fantasía de las Islas Británicas, destrozadas por una maquiavélica lucha de poder de multipartidista, vagamente basada en la Guerra de las Dos Rosas.

»Las cosas están mal debido a la lucha de poder maquiavélica.

»En segundo plano, sutiles indicios de una amenaza externa, mágica y de otro mundo. Las facciones en guerra se burlan de ella y la ignoran al principio. Entran los tropos de alta fantasía; el héroe profetizado emerge para unir a las facciones moralmente ambiguas en una inequívocamente buena fuerza pro-civilización para enfrentar y derrotar la inequívocamente malvada amenaza a toda la vida.

»Transición total, al final, a alta fantasía épica tolkieniana, representada directamente en vez de subvertida.

»El heroísmo triunfante, la humanidad triunfante, el reino unificado en paz y prosperidad.

»Títulos de crédito».



«Si la historia se completara así, completada como quiere ser completada, como anhela ser completada, cada momento oscuro, descarnado y maquiavélico estaría plenamente justificado.

»Cada capítulo y escena llenos de matones y villanos y ningún héroe en absoluto estaría plenamente justificado.

»Porque solo servirían para enfatizar la rareza de los héroes y la necesidad de ellos.

»Porque harían que la llegada de un verdadero héroe fuera mucho más satisfactoria cuando, tarde pero no demasiado tarde, llegara.


»[ASOIAF: A Song of Ice and Fire] Canción de hielo y fuego no quiere ser en absoluto una subversión de Tolkien. Quiere ser un camino de huida de la oscuridad y hacia la luz. Quiere ser un estudio sobre cómo Tolkien es profundamente relevante, incluso para un mundo descarnado y moralmente gris.

»Esto es lo que George sabe que debe ser.

»Pero George no puede escribirlo.

»¿Por qué?

»Porque es socialista. Y un
boomer».


«El núcleo motivacional del socialismo es la envidia, y su regla subyacente es "no serás mejor que yo".

»El único principio rector de los
baby boomers es "todo lo que me haga sentir placer ahora es bueno, y todo lo que me haga sentir mal ahora es malo".

»Toma todo esto en conjunto, y obtendrás a alguien que tiene un verdadero problema con los héroes. Los héroes son, por definición, los mejores de nosotros, al menos en alguna dimensión, y si tu motivación subyacente es la envidia, estar al lado de uno te hará sentir mal.

»Esto significa que los socialistas, los
baby boomers y los baby boomers socialistas, acostumbran a no querer creer en héroes y en el heroísmo.

»Quieren convencerse a sí mismos de que todo lo que parece bueno es secretamente malo, en realidad, y que cualquiera que los haga sentir o parecer malos es obviamente malvado por lo que sea.

»Así que cuando ven a un héroe, tienden a llamarlo fascista.

»(Por supuesto, cuando ven a un fascista, también lo llaman fascista, pero eso es solo una coincidencia, porque llaman fascista a cualquier cosa... a unos transeúntes cualquiera, a los edificios, a las rocas, a los árboles, a las ardillas, a cualquier cosa).


»Porque quieren sentirse moralmente superiores a él.

»La única forma en que pueden admitir que alguien tiene una brújula moral es si pueden sentirse superiores a él de alguna otra manera, generalmente retratándolos como ingenuos y, por lo tanto, condenados al fracaso porque no están capacitados por el cinismo y el egoísmo para seguir el camino más eficiente hacia... lo que sea».



«Así que si el viejo George cree que todo aquel que parece bueno es en realidad, secretamente, un malvado o abiertamente un estúpido, entonces escribir un personaje con impulsos heroicos va a ser difícil, y escribir sobre cómo triunfan... imposible.

»Por eso George puede escribir personajes con motivos nobles (Jon Snow, Eddard Stark, etc.), pero sigue haciéndolos fracasar.

»Verás, en el mundo de George, el heroísmo debe ser una farsa o una debilidad, porque entonces el propio mal carácter de George será sabiduría e iluminación, en lugar de simple ausencia de virtud moral.

»Si los héroes son todos unos fraudes o unos tontos, entonces George está siendo inteligente, porque ha visto a través de todo el asunto del heroísmo.

»Si los héroes son reales, y a veces triunfan, y hacen que el mundo sea mejor para todos, entonces George es simplemente un viejo gordo, holgazán y cínico que no quiere terminar su arte por integridad o por el arte, porque solo quería dinero, y ahora tiene más del que sabe en qué gastarse».



«Para finalizar la historia, George necesitaría despertar a la virtud.

»En primer lugar tendría que desarrollar un sentido de integridad, un deseo de cumplir sus promesas, incluso aunque nadie puede o quiere castigarlo por no hacerlo.

»Luego tendría que desarrollar un sentido de humildad, porque, para escribir sobre una persona mejor que él, tendría que admitir ante sí mismo que existe tal cosa, que la gente puede ser mejor, y que intentar mejorar es una digna meta, no tan solo el acto de caer víctima de una estafa pensada para controlarte.

»Cuanto más tiempo pasa alguien sin admitir sus faltas, más difícil le resulta admitirlas, porque habrá invertido más profundamente en ellas.

»Y esto significa que
[GRRRR Martin] también tendría que desarrollar el coraje de admitir ante sí mismo que es, de hecho, un viejo cobarde, cínico, holgazán y gordo, y que Tolkien, a quien envidia y desprecia, fue desde siempre mucho mejor hombre».

Y si te preguntas qué nueva excusa del Gordo Cabrón para no haber acabado Vientos de invierno le ha inflado tanto los cojones, ahí va:

GRRRR Martin no ha podido acabar Vientos de invierno en 2024 porque Ucrania, free Palestine y fascismo.

En serio.


Y con esto ya hemos resuelto la entrada de la quincena.

Ahora es tu turno, amado lector, para contribuir al debate.

Si quieres. Que si no, ya te digo que tampoco es el fin del mundo.

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