viernes, 28 de mayo de 2021

Dinámicas de grupo: por qué hasta el Llanero Solitario tiene un colega

Johan Falk (Jakob Eklund) es un oficial de la policía de Gotemburgo, ex operador de la 202.ª Compañía de Exploradores de la Marina sueca (202. kustjägarkompaniet, unidad especial anfibia de la marina sueca perteneciente al Amfibiekåren, Cuerpo Anfibio, responsable de la defensa costera de Suecia) y miembro de la Fuerza de Operaciones Nacional (Nationella Insatsstyrkan o NI, unidad táctica del departamento de Operaciones Nacionales de la Policía sueca).


De permiso por Navidades, Falk interviene en un robo a una joyería de Gotemburgo, hiere a uno de los ladrones y acorrala a otro, que toma rehenes y dispara a un civil para crear una distracción y fugarse. Los testigos identifican al gánster y dueño de un restaurante Leo Gault como uno de los ladrones de la joyería, pero al día siguiente todos los testigos se retractan de su testimonio.

Johan, que tiene su propia forma de hacer las cosas (raras veces se hacen dramas sobre polis que lo hacen todo siguiendo las reglas, y cuando se hacen suelen ser aburridísimos), visita extraoficialmente a Gault para tratar de intimidarle y éste le denuncia por agresión. Con sólidas pruebas en su contra, Falk huye de la policía, sus propios colegas, y pasa a la clandestinidad para reunir evidencias a que demuestren su inocencia y lograr que los testigos admitan que han sido intimidados y confirmen sus declaraciones iniciales, poniendo a Leo Gault entre rejas.

Acabo de resumirte, mi muy amado lector, el argumento de Noll tolerans, la primera película de la serie de Johan Falk, estrenada en cines en octubre de 1999.


A cualquiera que le guste el cine de acción, los thriller policiales o incluso el drama, no me cansaré nunca de recomendarle la serie de Johan Falk. Me tomo casi como una ofensa personal que no se vayan a hacer más largometrajes de la serie, pero, claro, es que Jakob Eklund tenía el pelo castaño en Noll tolerans y completamente blanco en Slutet. Ser Johan Falk se cobra su peaje y, además, parece que las audiencias de los últimos títulos tampoco acompañaban, por no mencionar que los creadores quizá habían llegado ya al límite de lo que se podía exprimir este universo.
(Eso sí, no esperes combates de artes marciales estilo John Wick, ni tiroteos de millones de balas, ni absurdas tramas con armas biológicas, bombas atómicas u otras polladas propias de novela de Tom Clancy o película de Michael Bay. Si lo que te van son la intriga, las historias de detectives y los personajes sólidos, todo ello salpicado con un poquito de acción, algunas persecuciones de coches y, de vez en cuando, una balacera modesta, pero no por ello menos espectacular, ésta es tu serie).
Y a cualquier escritor le recomendaría también que se viese las películas de Johan Falk, porque aprenderá una valiosa lección sobre la construcción del drama y el desarrollo de personajes.

A priori, le tengo un poco de manía a las series personalistas. Y no por ningún prejuicio (como el de aquella lectora de cierta editorial que me rechazó una novela sin leerla porque estaba escrita en primera persona «y la ficción larga no soporta la primera persona»), que a fin y al cabo adoraba las pelis de Tarzán de Johnny Weismuller y estoy dispuesto a verme cualquier largometraje de Bond independientemente del actor (salvo ese espanto protagonizado por Georges Lazenby), sí, hasta las de Roger Moore, que son casi autoparódicas (las pelis de Moore como Bond son a la franquicia de 007 lo que la serie de Batman de los sesenta lo es a la del Caballero Oscuro). Lo que realmente me cabrea de centrar todo el peso de la acción en un único personaje es que ese personaje suele ser, demasiado a menudo, un imbécil lanzallameable, una masa crítica de defectos de carácter o un abierto soplapollas.

Como Ally McBeal, esa abogada anoréxica, narcisista, infantiloide y alucinada a la que todos los demás personajes de la serie lamían el huesudo culo a dos carrillos y ponían como pináculo de virtudes que de ninguna manera se habrían podido deducir de sus diálogos ni de sus acciones. Da igual lo maravillosa que me la pintasen sus compañeros de bufete, jamás fui capaz de ver en esta abogada (a la que no recuerdo jamás preparando un caso ni buscando precedentes legales) nada más que una niñata torpe, ilusa y caprichosa.

Como la depresiva, acomplejada, insegura y autolesiva doctora Meredith Grey, de Anatomía de Grey, a la que, de no ser por el soporte de sus maravillosos compañeros de reparto, no habría soportado ni una sola vez más después del capítulo piloto (y una de las razones por las cuales abandoné la serie fue porque ya prácticamente no quedaba ninguno de los personajes que me hacían menos impresentable a la Grey y estaban introduciendo caras nuevas que no me decían nada y con los que no simpatizaba).

Siendo como es Johan Falk una serie de largometrajes extraordinariamente personalista, centrada en la figura del intrépido policía de Gotemburgo (a partir del cuarto título ya todo es Johan Falk dos puntos, para que nos quede bien claro), de entrada tenía todos los papeles para caerme como el culo, y, si hubiese empezado a conocerle por las primeras películas, tal vez lo hubiese hecho, porque Noll toleransTolerancia cero»), Livvakterna  («Los guardaespaldas», a menudo traducido por «Protección ejecutiva») y Den tredje vågenLa tercera ola») remachan en ese estereotipo del policía-héroe solitario-un único hombre honrado contra el sistema que es realmente en sí mismo un tropo del género.

Y no, no estoy diciendo que esa trilogía fundacional sea mala. Para nada. Como noir nórdico está entre lo mejor que he visto, pero en esta primera entrega de la serie el abusivo monopolio de la trama por parte del personaje de Johan Falk me lo habrían hecho casi indistinguible de cualquier otro detective solitario motherfucker con voluntad de hierro y la razón de su parte.

Por suerte, no empecé la serie por la primera película. Me fue imposible, hasta hace relativamente pronto, echarle mano a ninguna de las nueve primeras películas. Sí, aunque el primer título de la serie que conocí (antes incluso de saber que pertenecía a una serie) fue Livvakterna, aclamada en su momento como «la mejor película sueca de acción de la historia», aunque ya os digo que no es para tanta pirotecnia, la primera película de Johan Falk que pude ver fue la décima, Spelets reglerLas reglas del juego»), en la que Johan y Frank Wagner (Joel Kinnaman, sí, ése Joel Kinnaman, que como es de madre estadounidense puede trabajar a ambos lados del charco) tienen que volver a colaborar, a desgana, para salvar al hermano de su ex novia, que se ha buscado la ruina con sus deudas de juego.
Cada vez que este tío sale en pantalla se come el puto show.

Y fue una bendición empezar la serie por aquí, con las tramas ya establecidas, con un trasfondo sólido, con las personalidades y las interacciones entre los personajes fijadas y desarrolladas, porque, aunque en ocasiones me perdiese un poco al aludir los protagonistas a hechos y personas de las anteriores entregas de la serie, esa momentánea confusión quedaba sobradamente compensada por el espectáculo de esa maquinaria dramática trabajando, o al menos intentándolo, en la trama. Las diferencias de carácter entre los personajes y los choques entre el GSI y los otros departamentos de la Policía sueca. Las debilidades del sistema legal sueco, quizá excesivamente garantista, que pone en manos de los delincuentes herramientas para salir impunes de sus crímenes e incluso tomar ventaja sobre la policía y la fiscalía. Las martingalas políticas en despachos a puerta cerrada. La paradoja de que el GSI, la más exitosa unidad de la policía de Gotemburgo, roce la ilegalidad y eluda la supervisión de sus jefes a cambio de obtener detenciones y condenas. Todos esos temas extraordinariamente ricos para la historia no podrían haberse desarrollado con la dignidad y exhaustividad que merecen si la serie hubiese sido sólo otro policial y estuviese centrado en la figura de Johan Falk.

Y la transformación de la franquicia no es gradual en modo alguno. Johan Falk: GSI – Gruppen för särskilda insatser  («Johan Falk: GSI - Grupo de Operaciones Especiales»), el primer título en el que Falk se integra con sus nuevos compañeros de trabajo, no es una historia de orígenes, y eso se agradece. No tenemos que ver cómo se desarrollan las interacciones entre los personajes. No nos presentan, uno por uno, a los componentes de GSI y su trasfondo (nada de voice over y puñeteros flashbacks, muchas gracias). Todas esas relaciones, todas esas biografías ya han sido establecidas off-camera, y es Falk el que, recién llegado de la unidad de Crimen Organizado después de su servicio de cinco años en la Europol y sintiéndose, como el espectador (excelente decisión narrativa, por cierto), un poco intruso, tiene que encontrar su lugar en la unidad y en las dinámicas del grupo.

¿Por qué Patrik Agrell (Mikael Tornving), el director del GSI, actúa como si tuviese algún secreto inconfesable que ocultar acerca de las actividades de su unidad? ¿Es o no es el marido de Sophie (Meliz Kargel en un papel que la hace casi elegible para una película de Wonder Woman) un maltratador y por qué Tommy (Reuben Sallmander) se toma un interés personal en ello? Nada de eso importa en la trama. Esas preguntas sólo se nos plantean para proporcionarnos la sensación de mundo completo, para hacer más sólidos y cercanos a tierra el escenario y los personajes y si se contestan, en algún momento, no son decisivas para la historia ni deben serlo. Las preguntas que realmente cuentan en el argumento de GSI son las del estilo de: ¿Por qué, en la escena del ascensor, Frank parece reconocer a Tommy y Tommy a Frank? ¿Quién demonios se oculta tras el nombre del clave «Lisa» y por qué Tommy ha llegado a tales extremos para protegerlo?
¡Peaso carisma, Patrick, copón!

Johan Falk no da lo mejor de sí mismo como personaje cuando se pone en modo llanero solitario, da lo mejor de sí mismo a través de la interacción con sus compañeros del GSI (a los que a veces tiene que mentir), con los criminales a los que investiga (con los que en ocasiones tiene que cerrar alianzas coyunturales, cuando no sacarlos de líos), con su mujer (a la que ha puesto las perchas un par de docenas de veces), con sus hijos (con los que no pasa tiempo suficiente y a los que, por su trabajo contra el crimen organizado y sus operaciones contraterroristas, convierte más de una vez en objetivos de sus enemigos).

Y esta dinámica es tan provechosa que pronto todos los demás personajes protagónicos de la serie comienzan a beneficiarse de ella, establecer sus propias relaciones paralelas y crecer dentro de ellas, haciendo que el mundo de Johan Falk sea mucho más complejo, más rico, más consistente y más real, si procede emplear tal adjetivo en una obra de ficción. Seth Rydell (Jens Hultén, cuya presencia imponente y físico amenazador ha conseguido cameos en Skyfall y Misión Imposible: nación secreta), el jefe de la banda para la que trabaja Frank Wagner, comienza una relación extraña, llena de tensión sexual no resuelta, con Sophie. En ese intercambio, las sombras del personaje se oscurecen todavía más y sus luces brillan con más fuerza, haciendo de Seth Rydell un personaje más humano, más interesante y realista. Las tácticas policiales en el filo de la legalidad, la manipulación de criminales para obtener detenciones, y las víctimas colaterales de esa práctica operativa llevan a uno de los miembros del GSI a renegar de sus compañeros y perjudicarlos activamente convirtiéndose en informador de la Kavkaz, la mafia de Europa Oriental que lleva varias películas dando por saco al GSI. Patrick descubre que está gravemente enfermo y delega su autoridad en Sophie, que ahora pasa a ser la jefa del GSI y debe no solo dar órdenes a los que hasta hace poco eran sus compañeros, y que por ese mismo motivo tienen problemas en verla como una figura de autoridad, sino demostrar que la unidad que ahora dirige no se ha resentido de la baja de Patrick. Johan descubre que has estado compartiendo el finstro vaginar de su mujer con otro hombre y se cabrea mil aunque él mismo ha estado haciendo maniobras venéreas nocturnas con Anja.
Chispas saltan aquí. Chis-pas.

Y no es sólo de la interacción con otros personajes que Johan Falk sale beneficiado y la serie que protagoniza gana en valor dramático, complejidad y atractivo. Todos los demás personajes también se enriquecen de esta dinámica de grupo. Puede que Seth Rydell sea un gánster violento y un asesino, pero adora a su hermano, venera a su hija y no está exento de su propio sentido del honor. Su propia marca de nobleza. Patrick es un policía cabal, pero su compromiso con la misión que le han encomendado es tan grande que está dispuesto a ir mucho más allá de las instrucciones de sus superiores y de lo previsto en las leyes mismas con tal de conseguir los resultados que le exigen, de los que toda la sociedad sueca se beneficiará.

Pero lo que estoy contando aquí sobre la serie de Johan Falk no debería sorprender a nadie que tenga los cojones un poco pelados por la vida. La regla del «solo no puedes, con amigos, sí» que nos enseñaban en La bola de cristal, también es de aplicación en el mundo real y deberían tomar buena nota de ella todos esos autores desnortados que intentan vendernos la idea del hombre honrado y decidido solo contra el sistema que triunfa pese a la oposición de todo el mundo, falacia capitalisto-randiana de origen calvinista que se desmorona a poco que se la someta a la luz de la evidencia.

Ni siquiera Jimmy Stewart en Caballero sin espada derrota a los obstruccionistas y la corrupta estructura de poder en Washington en absoluta soledad y con sus dos cojones. Tiene el respaldo del personaje de Jean Arthur y de los críos de su grupo de Boy-Scouts. Pretender que un lobo estepario pueda prosperar en sociedad pero al mismo tiempo mantenerse al margen de la sociedad, es absurdo. E ideológicamente peligroso.

Como personas, no somos sólo nuestra biografía y nuestro carácter, sino también nuestras interacciones con otras personas. Lo mismo podría decirse de los personajes de ficción. Los mejor construidos evolucionan, perfeccionan sus virtudes, y sus defectos, cambian y se transforman en contacto con otros personajes. Como Quijote y Sancho, ejemplo paradigmático de novela moderna, que  actúan el uno como catalizador del otro.

La falacia del «hombre hecho a sí mismo» (cuya apoteosis es la del «millonario hecho a sí mismo») conduce a la del «personaje de ficción hecho a sí mismo» que nos entrega historias anémicas, novelas y películas estereotipadas e incongruentes, personajes abúlicos. Da igual lo sólido y acabado que te parezca tu protagonista, si no experimenta ninguna transformación a raíz de sus interacciones con otros personajes, tu personaje no es un personaje, es un cadáver. A Johan Falk no le queda otra, al final de la serie, que cuestionarse algunas de sus decisiones, que poner en la balanza algunos de sus actos, que en el momento en que los acometió, azuzado por la hubris del detective, del cazador de criminales, le parecieron justificados, pero que ahora ve, demasiado tarde, que comportaban unos riesgos inasumibles.


(En algún momento entre estos cinco párrafos debería haber colado alguna imagen, ya sabes, para aligerar tanta verborrea, pero Google, a quien obviamente le resopla los dos nakasones ofrecer un servicio de calidad, ha decidido, por mí, que la presente entrada ya es lo bastante pesada y me peta todos los intentos por colar un archivo de imagen más. ¡Gracias, señor Google! Le dejo el recuadro gris, para escarnio suyo).
Verse entera la serie de Johan Falk, las veinte películas, es no sólo una lección de cómo mejora una historia, un personaje, a partir de la interacción entre personajes, sino una muestra de las nuevas avenidas dramáticas, las nuevas tramas que esta dialéctica engendra. Y las más ricas bifurcaciones, las subtramas más interesantes de desarrollar y explorar proceden del intercambio, mejor dicho de la colisión, entre personajes con trasfondos y objetivos diferentes.

Lo cual, querido lector, constituye una excelente lección en escritura creativa de la cual, a raíz de la lectura de esta entrada del Paratroopers, espero que puedas beneficiarte cuando escribas tu libro de mierda.


Serie de Johan Falk:

a. La trilogía original (1999-2003):
Rodada entre 1999 y 2003 como tres películas independientes, en las que los personajes de Falk, su compañera de trabajo-amante Anja (Jacqueline Ramel) y su jefe el comisario Ola Sellberg (Lennart Hjulström) y la lucha contra el crimen organizado son las únicas constantes de la serie, aunque el personaje de Helen (Marie Richardson) acabará incorporándose como uno de los habituales en calidad de esposa de Johan y madre de su hijo.
1. Noll tolerans («Tolerancia cero»), octubre de 1999. Dirigida por Anders Nilsson.
Ya sabes de qué va, que te lo hemos dicho más arriba: atraco a una joyería, testigos intimidados, bla, bla, bla.

2. Livvakterna («Los guardaespaldas», titulada a veces «Protección ejecutiva»), agosto de 2001. Dirigida por Anders Nilsson. Descontento con el puesto menor que le han dado en la Policía, Johan, que está pensando en dejar el trabajo, acude en ayuda de su amigo Sven Persson, extorsionado por una organización criminal, y colabora con una empresa de seguridad privada para protegerle a él y su familia.

3. Den tredje vågen («La tercera ola»), octubre de 2003. Dirigida por Anders Nilsson. Ola Sellberg, el ex comisario jefe de Johan, es promocionado al cargo de director de la oficina contra el crimen organizado de Europol en La Haya y quiere reclutar a Falk para su unidad. Rebecka Åkerström, una sueca residente en Londres, se pone en contacto con Sellberg y le ofrece información comprometedora obtenida de su abusiva pareja.

b. Primera serie (2009):

Abarca el regreso de Johan Falk a Gotemburgo, después de su servicio en Europol, en La Haya, y su reclutamiento por el GSI. Sólo la primera película se estrenó en cines. Las demás salieron directamente en DVD.

4. Johan Falk: GSI – Gruppen för särskilda insatser («GSI, Grupo de Operaciones Especiales»), junio de 2009. Dirigida por Anders Nilsson. Tras cinco años en Europol, Falk regresa a Gotemburgo como nuevo miembro del GSI, dirigida por sus amigos Patrick Agrell y Tommy Ridders. Tommy es asesinado durante una misión y Falk descubre que el éxito del GSI se basa en el empleo de infiltrados civiles en las bandas organizadas, algo expresamente prohibido a la policía sueca, siendo uno de esos informadores más productivos el que responde al nombre en clave «Lisa».

5. Johan Falk: Vapenbröder («Hermanos de armas»), septiembre de 2009. Dirigida por Anders Nilsson. Una compra de fusiles automáticos por parte del GSI, para retirar esas armas de la calle, sale condenadamente mal y el GSI no sólo empieza a sospechar que tienen un «topo», sino que deben exigirle a «Lisa» una implicación más activa en el desmantelamiento de los planes de la banda de Seth Rydell.

6. Johan Falk: National Target («Objetivo nacional»), octubre de 2009. Dirigida por Richard Holm. Una nueva variedad de anfetaminas, distribuida por una banda rusa cuyo líder nadie ha visto jamás, inunda las calles de Gotemburgo y, una vez más, el GSI exige a «Lisa» que ponga en peligro su cobertura y su vida para detener a los traficantes.

7. Johan Falk: Leo Gaut, octubre de 2009. Dirigida por Richard Holm. Un coche bomba estalla frente a la escuela a la que Patrick lleva a sus hijos. La investigación lleva al GSI hasta Leo Gault, excarcelado tras cumplir diez años de condena y atrapado ahora en medio de una guerra contra un grupo que pretende apoderarse de su restaurante.

8. Johan Falk: Operation Näktergal («Operación Ruiseñor»), noviembre de 2009. Dirigida por Daniel Lind Lagerlöf. El GSI investiga una red de trata de blancas y prostitución forzada.

9. Johan Falk: De fredlösa («Los forajidos»), noviembre de 2009. Dirigida por Daniel Lind Lagerlöf. El atentado con bomba contra una fiscal que investiga a una banda de moteros lleva a la prensa a cuestionar la eficacia de la policía contra el crimen organizado.

c. Segunda serie (2012-2013):

Rodadas entre la primavera de 2011 y los primeros meses de 2012, las cinco primeras películas salieron directamente en DVD mientras que Kodnamn Lisa se estrenó en cines en marzo de 2013 antes de llegar al «cine en casa» en julio de ese mismo año.

10. Johan Falk: Spelets regler («Las reglas del juego»), septiembre de 2012. Dirigida por Charlotte Brändström. La investigación del GSI acerca de un nuevo tipo de droga sintética y los esfuerzos de Frank Wagner por sacar de problemas al hermano de su ex novia llevan a Falk y Wagner a trabajar juntos.

11. Johan Falk: De 107 patrioterna («Los 107 patriotas»), octubre de 2012. Dirigida por Anders Nilsson. El tiroteo entre dos bandas rivales en un parque público e Gotemburgo lleva al GSI hasta un peligroso grupo de neonazis, Los 107 Patriotas.

12. Johan Falk: Alla råns moder («La madre de todos los robos»), octubre de 2012. Dirigida por Anders Nilsson. Sophie consigue reclutar a Seth Rydell como informante. Pero Seth es un puto psicópata impredecible y mucho más espabilado de lo que sugiere su facha de mala bestia. ¿Está Sophie utilizando a Seth o Seth utilizando a Sophie?

13. Johan Falk: Organizatsija Karayan («Organización Karayan»), noviembre de 2012. Dirigida por Richard Holm. Örjan, el padre biológico de Nina, la hijastra de Johan, quiere recuperar los lazos con su hija tras años sin contactar con ella. Pero Örjan debe dinero a la mafia rusa Karayan, que secuestra a Nina para presionale.

14. Johan Falk: Barninfiltratören («Los niños infiltrados»), noviembre de 2012. Dirigida por Richard Holm. Una nueva banda de atracadores, todos ellos muy jóvenes, aterroriza los centros comerciales de Gotemburgo. Y han usado el nombre de Seth Rydell como garantía, metiéndole en problemas con otras bandas.

15. Johan Falk: Kodnamn Lisa («Nombre en clave: Lisa»), marzo de 2013. Dirigida por Charlotte Brändström. Cinco sicarios irrumpen en el apartamento de Frank Wagner, que escapa con vida por los pelos. ¿Ha sido descubierta su tapadera? ¿En quién puede y no puede confiar Frank? ¿He medio conseguido ocultarte hasta aquí quién se ocultaba tras el bnombre en clav «Lisa» o no?

d. Tercera y última serie (2015):

Anders Nilsson y Joakim Hansson, los creadores de la serie, anunciaron que ésta sería la última entrega de las aventuras de Johan Falk. Rodados entre verano y otoño de 2014, los cinco largometrajes salieron directamente a DVD, Blu-Ray y plataformas de VoD entre junio y agosto de 2015.

16. Johan Falk: Ur askan i elden («De mal en peor»), junio de 2015. Dirigida a cuatro manos por Richard Holm y Anders Nilsson. Johan investiga en Letonia quién destapó la cobertura de Frank Wagner. Allí es extorsionado para que cruce un camión lleno de armas a Suecia pero, llegados a Alemania, la banda de Seth Rydell roba la mercancía.

17. Johan Falk: Tyst diplomati
(«Diplomacia silenciosa»), julio de 2015. Dirigida por Peter Lindmark. El GSI descubre que Seth pretende vender parte de las armas robadas en Alemania a un grupo terrorista. Y, lo que es aún más grave, Pernilla Vasquez, compañera de Falk en su pasado como agente privado de seguridad, está implicada en el caso.

18. Johan Falk: Blodsdiamanter («Diamantes de sangre»), julio de 2015. Dirigida por Peter Lindmark. El GSI sigue una pista sobre tráfico de armas hasta el cuartel general de la mafia Kavkaz. Infiltran a Niklas (un sueco negro, y no es coña) en el grupo y le pierden la pista. Paralelamente, la banda de Seth se divide en dos falanges para perpetrar un golpe colosal.

19. Johan Falk: Lockdown
(«Confinamiento», que está de moda), agosto de 2015. Dirigida por Richard Holm. Vijay Khan, Némesis de Seth Rydell, solicita un nuevo juicio en base a la alegación de que el GSI le detuvo empleando métodos ilegales. En la sede de policía de Gotemburgo, alguien dispara a Patrick. El edificio entero queda confinado mientras buscan al pistolero.

20. Johan Falk: Slutet («El fin»), agosto de 2015. Dirigida por Richard Holm. Talmente así. Todas las tramas concluyen en esta película, con el GSI más desesperado y menos dispuesto a seguir las reglas que nunca y Falk hasta las orejas en las intrigas del crimen organizado de Europa del Este, que han puesto en peligro a su propia familia.

PREGUNTA: ¿Y dónde coño las veo?

RESPUESTA: espera, que aún no he acabado de reirme.

Si lo que pretendes es hacerte con los discos, prepárate a sudar. En Amazon España tenían la mayor parte de ellos, pero, en el momento en que escribo esto, no parece haber en stock prácticamente ninguna copia, de ninguna de las películas, en ningún formato.

Hay un box de la trilogía original en DVD que corresponde a la edición británica. Me ha sido imposible averiguar si está doblada al inglés o tiene la opción de oír la pista de audio original con los correspondientes subtítulos para los que no hablamos sueco. Si lo prefieres, también está la edición francesa, aunque los precios de ambas son simplemente absurdos.

También está disponible un recopilatorio en DVD de la primera temporada. En sueco con los subtítulos en inglés.

La otra opción para conseguir las películas en formato físico sería eBay, donde la oferta tampoco es para tirar cohetes, hay muchas ediciones en lenguas que tal vez hables mejor que yo y los precios dan entre miedo y risa.

En lo que respecta a los servicios de VoD, tampoco hay mucho donde rascar. Por lo que he podido averiguar, Netflix tuvo toda o parte de la serie, pero ya no está en su catálogo. Las tres temporadas finales están disponibles en Amazon Prime Video con subtítulos en inglés. No sé cuánto tiempo durarán ahí, así que si tal cosa, date prisita en verlas. También tienen algunas de las películas con audio en español. Lo único malo de esta opción es que, aparentemente, no tienen la trilogía original o he sido demasiado manco buscándola (he escrito «noll tolerans» en la barra de búsqueda de Amazon Prime y me han intentado vender Tylenol. Palabra).
WTFFFFFFF????????

Y no sé qué pensar de otros servicios de streaming, puesto que no tengo cuenta en ninguno de ellos. Ni puedo recomendarlos ni desaconsejarlos.

Y no seré yo el que, desde aquí, aconseje a los que se puedan sentir intrigados por esta serie, pero no tanto que les parezca deseable afrontar los enormes obstáculos que se interponen entre ellos y su visionado, que recurran a servicios  «no oficiales» o métodos dudosamente éticos, que luego vienen los abogados y te amargan la existencia.
«¿Que te has bajado el qué con la mula? ¿Eh? ¿El qué?»

Pues, eso, que si quieres ver la serie y Amazon Prime Video deja caer de su catálogo esta pequeña joya sueca, estás jodido, amado lector.

En fin...

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