sábado, 12 de octubre de 2019

La mano negra

 "I used to think my life was a tragedy, but now I realize... it's a comedy".
Joker es una obra maestra.

A partir de aquí, querido lector, toda la entrada es un ESPÓILER INMENSO. Prevenido te he.


Joker es una obra maestra.

Punto.

Confieso que estaba en guardia contra esta película. A fin y al cabo, ¿quién coño es Todd Phillips? Pues ni más ni menos que el director de Road Trip, a la que todavía le estamos buscando la puta gracia, de Aquellas juergas universitarias, que ni hemos visto ni putas ganas tenemos, del absurdo, herético e innecesario remake de Starsky y Hutch y de las tres entregas de Resacón en Las Vegas. No parecía la persona apropiada para dirigir un drama, y menos uno de superhéroes.

Confieso que estaba ilusionado con esta película. Porque Joaquin Phoenix es, quizá, el mejor actor de su generación. Un verdadero camaleón capaz de desempeñar cualquier papel, en cualquier película, con cualquier director, derrochando pundonor profesional, intensidad, honradez y genio como pocos. Joaquin Phoenix podría interpretar el papel de Julie Andrews en un remake de Sonrisas y lágrimas y estaría PERFECTO, y, aun así, de entrada no parecía posible igualar la marca indeleble que había dejado Heath Ledger. Pero, una vez más, si Joaquin Phoenix no estaba a la altura del reto, nadie lo estaba.

Le debo una disculpa a Todd Phillips.

Y a Joaquin Phoenix le dejaría hacerme un hijo ahora mismo. Eres el puto amo, Joaquin.

Nostoy, sistoy.
Joker es prácticamente PERFECTA.
(Warner: ahora jodedla con el Batman de Matt Reeves y el Aves de Presa de Cathy Yan, que dejadme que os anticipe que pinta FATAL. Venga, Warner, no os cortéis: jodedla. Jodedla. ¡Que la jodáis!).
Salí del cine poseído por el personaje. Contagiado de su actitud destroyer. Quería pintarme la cara de Arlequín, matar a un pijo e incendiar un par de coches de policía.
Arthur Fleck, que ya empieza la peli muy tocado, se desintegra poco a poco ante nuestros ojos en una Gotham pretérita y rendida al abrazo de ese vitriolo que luego se llamó Reaganomics, en una América donde los valores tradicionales estadounidenses, igualdad, libertad, independencia, sinceridad, privacidad, competitividad, han sido retorcidos, flagelados y prostituidos. La igualdad y libertad han virado en utopía timorata, la independencia se ha convertido en individualismo egoísta, la sinceridad en grosería, la privacidad en aislamiento, la competitividad en justa lid, auténtica carrera de méritos, en los putos Juegos del hambre de las clases acomodadas y los yuppies de Wall Street contra los inermes pazguatos de clase obrera.

Vemos la sucia, violenta y decadente Gotham a través de los ojos del Joker.
Y empezamos a simpatizar con su locura. ¿Cómo va nadie a mantener la estabilidad en un mundo así?

La inversión de valores, el cambio de perspectiva del narrador es tal que Thomas Wayne, normalmente santificado por todas las versiones cinematográficas y literarias, filántropo millonario y benefactor de la humanidad injustamente asesinado, aparece retratado como un plutócrata insensible y prepotente, presto a arremeter contra los desfavorecidos ciudadanos de Gotham, que no han podido, no han querido o no han sabido trabajar para labrarse un futuro mejor; obviando en su discurso, con un cinismo clasista y despiadado, que las condiciones de partida no son las mismas para todos, que no todos los gothamitas han nacido con una cucharilla de plata en la boca, que no todos han tenido garantizados desde la cuna el refugio, el alimento, los cuidados médicos y la educación en las mejores escuelas que Thomas Wayne da por sentadas y no ha hecho nada por merecer; que es muy fácil pedir que trabajen duro los demás cuando tú no has tenido que hacerlo en la vida, que responsabilizar a los pobres de su pobreza y de su falta de oportunidades, cuando perteneces, alimentas y te beneficias del mismo sistema que les mantiene en la pobreza y les niega esas oportunidades, es una de las más crueles, de las más desfachatadas falacias que los privilegiados de toda época han dirigido contra las clases populares. «¿Los pobres? ¿Cómo no va a ser pobres con la mierda de casas que tienen y la mierda de ropa que llevan?».

Pero no nos equivoquemos: el Joker de Todd Phillips no es un justiciero social. Es un puto psicópata. Un asesino que goza matando y que, solo accidentalmente, se convierte en icono de una revuelta de los desfavorecidos contra los privilegiados.

Y esta película increíblemente redonda, firmada por un director especializado en comedias descerebradas, solo ha sido posible porque el director no se la ha planteado en ningún momento como una película de superhéroes. Es una película de autor, con todo lo bueno y lo malo que ello supone. Todd Phillips quería contar la historia de un pobre bastardo que pierde la lucha contra la cordura y se revuelve violentamente contra la misma sociedad que le culpabiliza a él de estar enfermo y triste, de ser pobre y desgraciado y al mismo tiempo le niega la ayuda y las medicinas que necesita para mantenerse cuerdo y las oportunidades de las que podría aprovecharse para sentirse útil e integrado. Solo accidentalmente,
resulta que ese pobre bastardo es el Joker. Y Todd Phillips ha hecho su película con cuatro perras chicas (de Warner Bros., pero cuatro perras chicas) y medios casi artesanales. Si hay CGI, no se nota. Todo el largometraje es trabajo de actores y guion. La ambientación, la fotografía, los planos largos, casi te hacen creer que estás viendo una película rodada en los años setenta. Y no le voy a sacar los parecidos con Taxi Driver y El rey de la comedia porque ya lo ha hecho todo el mundo antes que yo.
Arthur Fleck, atormentado por su enfermedad y su incapacidad de gestionar las emociones, sufre, y pide ayuda a la sociedad que le rechaza por estar enfermo y ser diferente.

Y la sociedad rechaza ayudarle, incluso se permite ridiculizarle, escarnecerle y menospreciarle, precisamente por estar enfermo y ser diferente.

Así que Arthur Fleck suelta los frágiles hilos que aún le unían a la cordura y desata contra esa sociedad insensible y cruel toda la rabia, la frustración de alguien a quien se le niega ayuda, una oportunidad, un lugar en el mundo.

Por el camino, se convierte en El Joker.


De eso va la película. Es, de nuevo, una película de orígenes, aunque nos descubre los orígenes de un supervillano, no los de un superhéroe. A Batman en esta película ni está ni se le espera (y fue uno de los argumentos esgrimido por sus detractores para condenarla antes incluso de verla: que es una película de superhéroes sin superhéroe), y, aunque aparece el niño Bruce Wayne y presencia el asesinato de sus padres, es poco probable que ese Bruce Wayne se convierta algún día en Batman (y si lo hace será en un Batman casi hiperrealista, como el de Christopher Nolan). Así pues estamos ante una historia alternativa, fuera de la continuidad del DCU (aunque Joaquin Phoenix ha dejado caer que si hay secuela cuenten con él). Un auténtico elseworlds cinematográfico, como Gotham: luz de gas, en el que un Batman decimonónico resuelve los crímenes de un Jack el Destripador emigrado a América, o Hijo Rojo, en el que la nave de Supermán no cae en Estados Unidos, sino en la Unión Soviética, y Supermán es criado por un matrimonio de koljosianos como adalid del comunismo y defensor del materialismo dialéctico.

Aviso a navegantes: mientras presenciamos los sufrimientos de Arthur Fleck y su paulatina transformación en el Príncipe payaso del crimen, caemos en la tentación de solidarizarnos con él.

No lo hagáis. Es un puto sociópata y un asesino. Y quizá solo Joaquin Phoenix podía hacérnoslo simpático.

Y llega el momento en el que toca hablar de la consabida mano negra.

La película aún no la había visto nadie. Repito: NADIE y ya figuraba en la página web oficial de los razzies como más que posible candidata a la peor película de 2019.

"The last two live-action films this character appeared in were The Dark Knight and Suicide Squad. Joaquin Phoenix is playing a dangerous game - He’s either going to end up on our list, the Academy’s, or possibly even both. We’ll have to wait and find out when it opens October 4."
Esto fue en julio.
Captura de pantalla para la posteridad. Que luego estas cosas se borran y...
La película no se estrenaba hasta octubre.

En julio, ANTES DE QUE NADIE LA VIESE, ya había una MANO NEGRA moviendo los hilos para perjudicar a Joker. Y no era la de Batman. Y, una vez estrenada con sonoro éxito, hay quien sigue empeñado en convencernos de que, en realidad, no es para tanto.

Ahora sí, al menos en este caso, no tengo dudas: había intereses, no me atrevo a señalar cuáles (carrasp, Disney, carrasp), que deseaban el fracaso de la película de Todd Phillips. Me pregunto si son los mismos intereses empeñados en hacernos creer que todas las películas de Disney/Marvel Studios son una maravilla. Incluso esa mierda de Thor: el mundo oscuro. Y cuando venimos de un acuerdo entre Marvel y Sony para seguir usando al personaje de Spiderman (que es propiedad de Sony) en el MCU, acuerdo que, en un principio frustrado, y tras cuya ruptura inicial la red se infectó, literalmente SE INFECTÓ, de mensajes en twitter, muchos de ellos generados por bots, que le comían la polla a Disney, responsabilizaban a Sony de la ruptura de las negociaciones e invocaban las siete plagas de Egipto sobre la compañía japonesa; cuando pasa algo como eso, digo, solo nos cabe deducir que son intereses ORGANIZADOS.

Captura de pantalla para la posteridad. Que luego estas cosas se borran y...
Insisto: incluso ahora, con la prensa mayoritariamente rendida a la película, con el león de oro del festival de cine de Venecia en el bolsillo, con el público rindiéndose a la magia de Joker, puro cine de oliva del que ya no se hace, cine que esos mierdas de directorzuelos saturados de videoclips no tienen cojones de hacer, sigue habiendo periodistas vendiéndonos que en realidad da mucho asco; que sí, que la cinta tiene buenas intenciones pero fracasa en su objetivo, que mejor no vayamos a verla, que es demasiado violenta y puede inspirar a la gente a hacer cosas malas y encima estigmatiza a los locatis (y el director ha tenido que salir a recordarnos que solo es una película), no como John Wick, a la que los mismos periodistas no dieron tanta caña porque está llena de besitos y abracitos y amor por la humanidad.
Y las hostias siguen lloviendo: que, por buena que sea, no debemos olvidar que a fin y al cabo no es más que otra mierdecilla de película de superhéroes, que, mira, mejor en nuestro cine no se estrena, que aquí no queremos basura (es el mismo cine de Colorado donde un puto sietemesino mató a tiros a doce personas en 2012 durante un pase de El caballero oscuro y todo el mundo estuvo de acuerdo en que la culpa era de la película, no de que en Estados Unidos cualquier desequilibrado pueda conseguir armas de fuego), y algo de malo tendrá cuando el FBI está vigilando las publicaciones en Internet que aluden a ella; que a ver si dejamos ya de hablar del tema, que ni que fuese la primera película que vemos, por cierto, ¿sabéis que en Marvel/Disney vamos a estrenar una película de la Viuda Negra? ¡La Viuda Negra! ¡Una Vengadora! ¡Y sale Scarlett Bustonson!
(Porque aparte del tamaño de su, ¡vive Dios!, hermosa pechuga, y su disposición a lucirla en aparentemente osados, en realidad pacatos, escorzos-tapa-pezón, ya me diréis qué talentos actorales tiene esta señora).
¡Uuups! Casi teta, pero no.
Os juro que el sesgo informativo en contra de Warner/DC y a favor de Disney/Marvel empieza a dar miedo.
En esta escena me cagué y me meé.
Muuuuuuuuucho miedo.

Como en Batman v. Supermán, que es muy mejorable, pero no tan mala como nos habían dicho. Como en Wonder Woman, de la que nos aseguraron, antes incluso de que estuviese terminado el montaje, que era una mierda apestosa y llena de lombrices caníbales. Como en Suicide Squad, que, lo admito, es mala, pero que al lado de Thor: el mundo oscuro es la puñetera El padrino; había poderes en la sombra que planeaban arruinar las posibilidades de Joker en taquilla antes incluso de su estreno, brigadas de agents provocateurs, equipos de contrainteligencia, unidades de desinformación trabajando para provocar el fracaso de la película de Todd Phillips.

Que os den, cabrones. Joker es prácticamente perfecta y, encima, está reventando la taquilla.

El piti después de un trabajo bien hecho.
A mamarla. Hijos de puta. Me voy. Ya se me ha secado el maquillaje y necesito encontrar una escalera.

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